Caja de herramientas

caja-de-herramientas_0Caja de herramientas
Fabio Morábito -Editorial  Pre-Textos

La lima, la lija, la esponja, el aceite o el tubo, el cuchillo y la cuerda, la bolsa, el tornillo, las tijeras y el resorte, sin olvidarnos del trapo y el martillo son los objetos que Fabio Morábito recopila en este libro que tiene algo de inventario poético, de sugerentes odas elementales.

El escritor alejandrino (1955) le ha dado la vuelta a los objetos cotidianos. Los sublima, los ensalza, los pone a la altura de obra de arte. El poeta ve que el aceite “es un agua con caderas, un agua impura que conoce el deseo , el tiempo y la muerte”. La bolsa, en cambio, “es un jugoso juego de manos, de muchas manos, manos entrelazadas en profundidad, tan profunda y líquidamente  que ninguna es ya capaz de cerrarse por sí sola sobre algo y de hacer valer individualmente la ley de sus dedos”. Y así, con esa delicadeza que lo caracteriza, el escritor, afincado en México, va llenando su caja de herramientas.

Derrama sobre los objetos Morábito una mirada dulce y metafísica, analítica y deleitosa. Sus páginas guardan el secreto de la mirada paciente. Todo está envuelto de un presciosismo, de una comprensión última e invisible que el lector irá descubriendo conforme se adentra en el universo personal de las cosas. Porque son eso, cosas, herramientas cotidianas a las que Morábito les enciende el fuego que llevan dentro; las impregna de un nuevo  sentido que nos desgarra amable e intelectualmente. Las apreciaciones, poéticas e inteligentes, son emblanzas que rompen tópicos y enjergan el lenguaje por derroteros imprevisibles.

Tengo la sensación de que hay libros que enseñan tanto o más que un manual de escritura. Caja de herramientas es uno de ellos. Porque ayuda a mirar de otra manera y a dotar de un nuevo material poético a los objetos. Son textos de un tamaño ideal para ver de qué manera el escritor  teje los perfiles. Si en la sección de El sueño del mono loco buscamos libros que ayuden y alienten a escribir, sin duda, este es un libro que se merece estar aquí.

David García

Deja un comentario