La religión de mi tiempo

La religión de mi tiempo
Pier Paolo Pasolini – Nórdica
A lo largo de este año estamos viendo cómo Pier Paolo Pasolini vuelve a conquistar el interés general: este año Abel Ferrara estrena Pasolini, se han recuperado ensayos, novelas y se recuerda el papel fundamental de la poesía en su vida. Él, que se consideraba por encima de todas las cosas poeta, renovó la encorsetada lírica italiana para hablar de la realidad, de las ideas y de los sentimientos que provoca el mundo moderno.
Si algo define el papel intelectual de Pasolini es la integridad de todas sus obras. El cine, las novelas, los ensayos y su poesía mezclan un fuerte discurso político con una intensa pasión vital, una combinación que provocó obras tan personales y auténticas para las que la polémica era inevitable. Sus libros y películas fueron su forma de alzar la voz y, aunque acabó sus días en una soledad llena de tristeza, su figura y su pensamiento acabaron librándose de muchos prejuicios para celebrar su esencia vitalista.
Esta antología bilingüe, traducida por Martín Lope-Vega, es un reflejo perfecto de la mezcolanza entre arte y política que Pasolini defendía en todas sus creaciones utilizando el poder y los recursos propios del verso. Los tercetos se extienden para hablar de los jóvenes que habitan en los suburbios, de una sociedad que ha olvidado a Gramsci hasta hacerlo cenizas y ha condenado a Shelley a guardar silencio eterno.
La selección poética se centra en los libros y poemas más políticos de su obra, pero eso no le roba el protagonismo a la confesión ni al dibujo íntimo del escritor. Nada más cruzar la portada de Fernando Vicente, Pasolini nos recoge en coche en la puerta de La Buena Vida y nos sube a La religión de mi tiempo para acompañarlo por los suburbios dorados de Roma, viajar por desconocidos campos y pueblos italianos y descubrirnos cómo enfrentarnos con pasión a la soledad y crueldad de un mundo olvidado de la esperanza.
Pilar Torres

Deja un comentario