Este libro es una maravilla. No tengo huerto y nunca lo he tenido. Sin embargo, la belleza y exactitud de las descripciones, los pragmáticos consejos, la sencillez de las indicaciones me hacen disfrutar de este libro cada vez que me encuentro con él en la estantería. Los ciclos de la naturaleza, la visión entre espiritual y técnica del hecho de cultivar lo que comes, se muestra en una edición de lo más apetitosa, que es reimpresa una vez tras otra, lo que dice mucho de un libro de este tipo.