Autorretrato con piano ruso
Y la música que produce la prosa suena, cambia de ritmo, se acelera y se templa, pero nunca desafina y nos deja como a él, con ganas de huir de los aplausos, cerrar los ojos y detenernos emocionados.
Y la música que produce la prosa suena, cambia de ritmo, se acelera y se templa, pero nunca desafina y nos deja como a él, con ganas de huir de los aplausos, cerrar los ojos y detenernos emocionados.