Mi maravillosa librería

maravillosaMi maravillosa librería
Petra Hartlieb – Periférica

La librería puede ser un lugar cargado de romanticismo hasta que tienes que mover cientos de libros en cajas o  que solucionar un problema misterioso con el sistema informático que te trae de cabeza. Me atrevo a  decir que no hay librero que no  se haya preguntado alguna vez en su vida qué demonios hace un tipo como él en un lugar como ese. Por eso, leer  Mi maravillosa librería es un bálsamo para aquellos que trabajan entre libros. También una forma de conocer de primera mano los entresijos del funcionamiento de un espacio tan enigmático.

La librería es el gran rompecabezas de la literatura. Mover, colocar, recolocar  y retirar de las estanterías la obra de vivos y muertos, con orden y criterio, y convencer a los lectores de que están en el espacio adecuado para satisfacer su hambre de cultura es una de las funciones del librero, entre otras. Petra Hartlieb lo cuenta muy bien en esta narración basada en su propia experiencia.

Por un lado, pone el suficiente entusiasmo para que el lector entienda qué es lo que la mueve a abondonar una vida cómoda en Hamburgo,  junto a su familia, para irse a Viena a reflotar una librería de barrio. Por otro,  muestra la cara menos amable: la de las dificultades del día a día, la de la entrega que requiere un trabajo como el de librero, la de las exigencias y las injusticias del mercado, muy bien sintetizado en la competencia desigual de gigantes como Amazon.

La historia de Petra y la librería que lleva su nombre es fresca, divertida y llena de vitalidad. Todo lo contrario a la idea que muchos pueden tener de una librera. Aunque no está sola, Oliver es su marido y socio. Poco a poco van creciendo junto al  equipo humano, cada día más amplio y competente. Entre presentaciones, actividades, lecturas de autores y montañas de libros, Petra y los suyos se hacen un nombre, un prestigio. Ocupan el lugar que merecen en la sociedad. Uno no puede dejar de hacer paralerismos con La Buena Vida y verse reflejado en muchas de las situaciones en las que se ven envueltos en la librería vienesa. Al final, la librería no es más que una gran experiencia humana a la que siempre se le encuentra sentido, a pesar de las cajas de libros que se arrastren.

@cercodavid

Deja un comentario