Una idea para Semana Santa

Madame Bovary, Anna Karénina y La Regenta
Notas para un cursillo ideal sobre las tres novelas a fin de analizar sus estrategias narrativas
Por Juan Goytisolo (para leer todo el artículo)

EN LA EPOCA en que impartía cursillos de literatura en el departamento de Lenguas Románicas de la New York University acaricié la idea de organizar uno sobre Cervantes en colaboración con tres estudiosos de la obra de nuestro primer escritor. No con esos cervantistas de reata que tiran del carro de lo ya dicho y redicho sino por quienes penetran en las honduras, amores y humores de la novela y extraen de ello una sustancia viva. Imaginaba una visión prismática del Quijote a través de planteamientos distintos. Un mismo libro visto de diferentes y aun contrapuestas maneras: partir del contexto histórico, social y biográfico en el que fue escrito para aquilatar el texto; arrancar al revés de éste para estudiar aquél; optar por un enfoque de la problemática ideológica y
religiosa subyacente a la obra, como sugería un colega marxista; o situar la creación cervantina en el ámbito de la evolución del género, es decir, en el de la sucesión dialéctica de formas en la que la propuesta nueva parodia los esquemas narrativos en boga gastados hasta la trama ya convertidos en material de derribo a ojos del lector atento. Tal fue a la postre la hazaña de Cervantes, demoler todos los géneros acartonados de su tiempo —novela de caballerías, bucólica, bizantina, etcétera— y gracias a la milagrosa irrupción de Avellaneda, erigirse en el prototipo de raro inventor que le convertiría en el padre de la novelística moderna.

Quienes asistieran a dicho cursillo poliédrico gozarían del privilegio de emprender rutas distintas para arribar al mismo puerto. La variedad de enfoques les procuraría calibrar mejor el caudal inagotable de la obra y de la maestría de su artífice y zahorí. Aunque la idea no cuajó —la burocracia departamental no mostró gran entusiasmo por ella—, no me ha abandonado desde entonces y emergió en fecha reciente a raíz de una relectura atenta de Madame Bovary, Anna Karénina y  La Regenta.Volví a soñar en un curso interdisciplinario enteramente consagrado a las tres novelas o, mejor dicho, a sus protagonistas femeninos, a fin de analizar las estrategias narrativas de Flaubert, Tolstói y Clarín; las implicaciones sociales y éticas del triple adulterio de Emma, Anna y Ana Ozores; las nociones de transgresión, pecado y castigo; el papel de la Iglesia en cuanto guardiana de la moral pública.

¿QUÉ TIENEN en común Emma Bovary, Anna Karénina y la Regenta? El hastío de la insulsa vida diaria, la frustración creciente de una relación conyugal más o menos impuesta, el anhelo de una existencia libre e intensa como la que a b r i g a n e n s u s fantasías. Aunque su origen y el medio social al que pertenecen diverjan, el mencionado denominador común marcará sus destinos y las empujará al adulterio. Emma, criada en el campo, habita en una aldea normanda con un médico rural al que desprecia y sueña en a c c e d e r a l a s c o m o d i d a d e s burguesas de una capital de provincias. Anna, aristócrata, se desenvuelve en un universo de nobles con título y de funcionarios zaristas, pero su odioso matrimonio con Karenin le impide gozar de las ventajas y privilegios de su estatus. En cuanto a Ana Ozores, casada con don Víctor, con quien mantiene una relación casi filial, cederá a la seducción de don Alvaro, presidente del Casino de Vetusta y tenorio profesional….

3 fantásticas nuevas ediciones y traducciones para obras quemerecen una buena y atenta lectura y relectura

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