Algún día este dolor te será útil
Peter Cameron – Libros del Asteroide

Estamos de suerte: Luis Solano es idiota. Luis Solano es el editor de Libros de Asteroide y, emborrachado de crisis, ha editado un libro para el nicho de mercado que en todas las estadísticas sale destacado porque no coge un libro ni aunque sea de lectura obligatoria para el instituto o primeros años de universisad. Un auténtico idiota, además, porque todos los adultos lectores dirán eso de «no puede ser mejor que El guardián entre el centeno«. Este libro pues, será un fracaso comercial, y así tiene que ser. Para que aquellos que lo lean, chicos entre 16 y 22 años, sientan que están descubriendo un libro maldito, que eso sí les mola. Y lo leerán y se sentirán acompañados por el personaje, un joven con 18 años que no quiere ir a la universidad, no quiere conocer a nadie, no sabe lo que quiere y, cuando hace algo, mete la pata hasta el fondo. Y además, como en la cruda realidad, cada vez que se le ocurre pedir consejo a un adulto, descubre que estos están más perdidos aún que él, pero ya sin tiempo para rectificar, y solo encontrará consuelo en los ancianos, esos que te dan un consejo y, después de la siesta, no recuerdan de qué hablaron contigo. Un libro que se lee de corrido y que, a los que ya pasaron la edad del protagonista, les hará recordar tiempos mozos sin insultar a su inteligencia y, a los que sufren la edad, dará consuelo, entretenimiento y temas de los que hablar y pensar, que no sean el fútbol, los vampiros o el último mierdaproducto de Hollywood.  Hay que ayudar al idiota, para que haya esperanza.

«Pese a que soy antisocial, cuando entro en contacto con un desconocido, que no sea más que intercabiar una sonrisa o estrecharle la mano, lo cual puede que no sea realmente entrar en contacto, aunque sí que lo es para mí, tengo la sensación de que no podemos  seguir cada uno por su lado como si nada hubiese ocurrido. Creo que eso es lo que me asusta: el caracter azaroso de todo. Que las personas que podrían ser importantes para ti pasen por tu lado y desaparezcan. O que pases por su lado las dejes atrás, Tenía la sensación de que al pasar de largo lo había abandonado, que me pasaba la vida, un día tras otro, abandonando  a la gente.»