– Periféricos

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Hay algo curioso de nuestras ciudades. Todo parece suceder en el centro. Mientras los alquileres bajan en barrios periféricos, parece que todo tiene que seguir sucediendo en el mismo bullir de semáforos y calles que son cabecera y cola de manifestación. No nos movemos a ningún sitio que no sea el centro urbano.

Barrios bien comunicados y no alejados de ahí parecen estar a años luz, en otra galaxia, constituyen el planeta de lo no-cool.

Dinos a qué sitios vas específicamente que no estén en tu barrio y que no estén en la almendra central de la ciudad y por qué vas a ellos.

No vale un centro comercial, sabemos que son los que crean ese desplazamiento artificial a la periferia, pero lo hacen con toda la artillería de las grandes multinacionales y el apoyo de nuestros ayuntamientos y comunidades que ceden suelo, accesos desde la autopista, publicidad gratis, rebajas fiscales…No, háblanos de esa panadería hasta la que te desplazas, esa galería, ese parque, esa librería o café, esos rincones singulares, a lo mejor no imprescindibles para vivir, pero que tiran de ti hasta convertirlos en enclaves específicos a los que merece la pena ir. Coméntanos cuál es la fuerza de ese imán, dónde se encuentran, cada cuánto te dejas atrapar por ellos.

5 comentarios en “– Periféricos

  1. Creo que he recorrido gran parte de Madrid buscando lo excelente: el bar más de moda, la terraza más ventilada, las vistas más espectaculares, el mejor roscón de Reyes, la pescadería más surtida… pero esa inquietud ya acabó. Ahora disfruto paseando por mi barrio (Centro), aunque odio la invasión de tiendas de turistas, pero todavía descubro negocios insólitos, tiendas imprescindibles, tiendas de toda la vida que no había visto aunque haya pasado por la puerta mil veces («que no se me olvide que en esta esquina hay una ferretería estupenda» y a la semana «dónde estaba aquella ferretería… juraría que era por aquí…»). Amplío mi círculo hasta unos 20 minutos andando, así que llego a otros barrios para comprar a veces una menudencia… aunque no soy clienta muy fiel… sólo vuelvo a comprar carne a Cercedilla, jamón york a La Madrileña, verdura a La casa de las setas, y libros a La Buena Vida
    A lo que sí soy fiel es al Retiro, a una buena exposición donde sea, y últimamente a Madrid Río, que me encanta y me divierte recorrer en bici acompañada de cientos de personas hasta el Matadero, otro lugar espectacular. Y subir luego por la Cuesta de la Vega y que los aparcacoches me jaleen como si subiera el Tourmalet!

  2. En cuanto puedo (me dejan mis hijas), voy a tomar una copa al Wild Thing bar, en la calle Martín Machío. Muy buena música y perfecta ambientación, si te gusta el pop rock anglosajón. Y se puede beber, no es veneno…

  3. Resido entre el Retiro y el Madrid Río, casi más cerca de éste último y que de salida me podría atraer más por la cuesta abajo.
    Pues no, casi siempre mis paseos me llevan al Retiro y tu propuesta me hace pensar el por qué. Me divierten las novedades y he hecho el recorrido completo del Madrid Rio por ambas márgenes así que lo mío no es por seguir una tradición. Mucha gente me habla de la zona del río apta para paseantes, corredores, ciclistas, patinadores,… ¿Y el Retiro no? Suelo contraponer que en el Retiro no falta un WC.
    Pienso que me atrae la frondosidad de la vegetación (a la zona del río le faltan años) y el entorno. Entrar por Moyano y tras el paseo salir por la Puerta de Alcalá pasando por el Círculo de Bellas Artes, calle Príncipe (han cerrado la panadería de la esquina), mirar el programa del teatro Español y quien actúa en el café Central… La salida frente al Casón del Buen Retiro me lleva a la Real Academia, a admirar las puertas de Cristina Iglesias, observar las variopintas colas del museo del Prado, subir callejeando por Huertas, comprar tomates en el pasaje Doré, detenerme en la Filmoteca (¿por qué junto a los títulos de pelis no hay una mínima selección de títulos de libros que reflejen el estupendo cambio en su librería?)
    Aún estoy sin pan así que alargaré el paseo hasta la panadería de la plaza de Herradores, casa madre de la que encontré cerrada, y haré la pertinente cola para comprarlo.
    Aún me daré un lujo, pasaré por La Buena Vida para rematar con un broche de oro y llevarme ese buen sabor a casa.
    .

    • No te des el paseo ahora, sabes que hemos dejado el local de Vergara y, hasta que abramos el nuevo, solo atendemos en nuestra pequeña isla inquieta de la Filmoteca, por las tardes de martes a domingo. Gracias por tu paseo.

  4. Calidad y calidez.
    Y originalidad.
    Vivo en el centro y hace una semana me desplacé (43 minutos en metro) hasta una tienda que vendía camas convertibles, desplazables, camuflables… Tienda de barrio atendida por el hijo del dueño a quien pude observar cómo escuchaba y aconsejaba a una joven embarazada acompañada de una niña que le relataba el agobio que se le venía encima en su pequeño piso.
    Fui con idea de mirar pero compré porque encontré aquello que tenía en la imaginación desde hace años y que los ikeas del mundo no me habían ofrecido.

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