Museo de pérdidas
Valeria Correa Fiz
Ediciones La Palma, 2020

Buscar la definición, no en lo que eres o en lo que tienes, sino en lo que te falta, en lo que perdiste, eso es lo que hace Valeria Correa Fiz en este poemario. Ese cambio de perspectiva, esa nueva manera de mirar, es uno de los ejes centrales que atraviesan este libro en tres partes: la primera constituye el reconocimiento de las pérdidas, su aceptación, la segunda es el museo, el recuerdo, el distanciamiento y la tercera, la mirada hacia adelante «a pesar de las pérdidas». 

«El Museo, con toda su maquinaria cultural, no es más que un sofisticado juguete. Sus engranajes, circuitos, listas, inducen a pensar en lo otro, en lo silenciado, en las exclusiones a partir de las presencias. De ahí, su importancia metafísica como palacio de sombras.»

A veces no hay nada más valioso que todo aquello que un día tuvimos y después perdimos, bien por azar, bien por equivocaciones, pero que luego supimos recuperar al ponerlo en palabras. Y Correa Fiz lo hace de manera elegante, sugerente, esquivando ágilmente la peligrosa pesadez del desengaño amoroso. Pero aún así, transitando ese extraño momento en el que una de las dos personas ya no forma parte de la relación, ya ha salido, y ya solo quedas tú. Ese extraño momento en el que todavía hay veces que se te olvida que ya no sois dos. Como pasa cuando muere alguien querido.

Valeria Correa Fiz, con el disfrute de alguien a quien le gusta jugar con las palabras, estirarlas, ver hasta dónde llegan, elabora su pequeño relicario personal, donde ella también es una de las piezas de museo. Con cierta resignación y abandono frente a lo inevitable, lo plasma todo en el papel como única forma de resistencia contra el tiempo, contra el olvido. Y es que «alguien dijo que escribir es una forma de plegaria».

Violeta Rodríguez