Fundación

Ahora que tenemos tiempo, en Zona Reservada aprovechamos para leer más. Es lo que ha hecho César, que nos invita a soñar con este libro de Isaac Asimov.


Los héroes de ficción más conocidos y admirados son, habitualmente, aquellos con el valor suficiente para luchar contra los villanos y acabar con ellos, guiados por su sentido del honor y de lo que es correcto. Por ejemplo, Luke Skywalker mata a millones de personas durante su aventura, un acto extremadamente violento. Pero es aplaudido, ya que fue a los malos a los que mató, lo hizo por una causa justa y por tanto es correcto lo que hizo. Los ejemplos son incontables, basta con ver al protagonista de cualquier película de acción genérica. La violencia está bien vista como forma de luchar contra el mal. Por eso el planteamiento que realiza Isaac Asimov en su obra es novedoso y muy interesante. Él nos presenta otro tipo de héroes, aquellos que usan la inteligencia y los avances científicos para sobrevivir y prosperar. Uno de sus protagonistas exhibe, enmarcada en la pared de su despacho, la frase que resume su acción política y su filosofía: La violencia es el último recurso del incompetente.

El argumento es sencillo. En un futuro muy lejano, donde el ser humano ha colonizado toda la galaxia, el brillante matemático Hari Seldon desarrolla la ciencia de la psicohistoria, que permite, mediante diversas fórmulas estadísticas que estudian a las grandes poblaciones, predecir el curso de la historia. Seldon predice la caída del gran imperio que domina la galaxia, a la que seguirán milenios de guerra y barbarie. Con el fin de acortar la era oscura que se avecina, se establece la Fundación, una colonia de científicos en un extremo lejano de la galaxia que se dedicará a la elaboración de una gran enciclopedia que reúna todo el saber humano. A medida que el imperio comienza a desintegrarse, la Fundación se ve rodeada de grandes y poderosos reinos bárbaros. Para sobrevivir, debe utilizar su única ventaja, la ciencia.

Hay varios conceptos que trata este libro. En primer lugar, los personajes apenas están definidos, no sabemos de ellos nada más que sus acciones en el presente. Esto es intencional, las personas no son más que peones en el gran plan de Seldon. Lo ilustra perfectamente un fragmento del diálogo entre dos personajes: «¿Cómo será la próxima gran crisis?” “No me importa, para cuando llegue estaremos cómodamente muertos”. Es más, el libro abarca varias generaciones de gobernantes de la Fundación, por lo que el reparto de personajes cambia constantemente.

También cabe mencionar el uso que se hace de la religión. No solo es vista como algo irracional, sino que en la historia es una herramienta construida y utilizada con el fin expreso de manipular a los posibles enemigos de la Fundación. Sí, nuestro protagonistas son expertos manipuladores. Aquellos villanos a los que estamos acostumbrados, genios maquiavélicos que conspiran y maquinan, ejecutando planes elaborados y poco éticos, son los héroes en esta historia.

En general, recomiendo muchísimo la lectura de este el libro. Aunque su tema central sea la ciencia, la física nuclear, la astrofísica y las matemáticas, os prometo que no es difícil de entender. Personalmente me fascina la idea de que el poder de una nación se mida por su progreso científico y la capacidad intelectual de sus líderes. Lástima que se ajuste tan poco al mundo real. Pero al fin y al cabo para eso está la ficción, ¿no? Para soñar.

César


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