En la Tierra somos fugazmente grandiosos

Ocean Vuong
Traducción de Jesús Zulaika Goicoechea
Anagrama, 2020

Los que hemos tenido la costumbre de escribir cartas nos hemos atrevido en alguna ocasión ante la página en blanco a contar historias que quizá de otra forma nunca habríamos confesado, sintiéndonos erróneamente a salvo, como si lo escrito solo lo pudiese leer la persona a quien va dirigido.

Es esta sinceridad la que encontramos en el joven protagonista de la primera novela de Ocean Vuong, una larga carta que escribe a su madre enferma con la certeza absoluta, además, de que ella nunca podrá leerla.

Basada en algunas vivencias de Vuonog, la novela nos cuenta la historia de una familia vietnamita que tuvo que huir de su país hacia Estados Unidos. A través de las vidas de la abuela y la madre recorremos el horror de la guerra, la angustia de la huida, la dificultad de establecerse en un nuevo país, la violencia machista. Pasajes de una historia de supervivencia que nunca se olvidan, la angustia de lo vivido que aparece en la etiqueta de un vestido blanco.

Pero este libro encierra también el descubrimiento de la homosexualidad de su protagonista y la belleza de su primer amor. “El modo en que me devolvía la mirada en los campos, cuando nos tocaba trabajar brevemente codo con codo, rozándonos los brazos mientras las plantas se abatían en una bruma verde ante mis pies, y sus ojos seguían mirándome aún unos instantes, y se apartaban al encontrarse con los míos”.

Una prosa delicada da forma a la novela intercalando los pasajes más trágicos con otros llenos de emotividad, cuidando con mimo la historia como se cuidan las cosas que más nos importan.

Paula Fuertes

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