Los caídos

Los caídos

Carlos Manuel Álvarez

Sexto Piso, 2018

El margen con que el hombre cuenta para hundirse o salvarse es muy poco, y transcurre preferiblemente a una edad, a los catorce, a los quince, en que el hombre es inconsciente de ello, de todo lo que está en juego, lo que explica por qué la humanidad no es más que un multitudinario desfile de frustrados, bastardos conducidos al cepo, habitando un día y después otro porque sí observando con incredulidad cómo les va pasando lo mismo, pienso, que al resto de la especie, el crecimiento y desarrollo corporal, los pequeños dolores, los traumas graves, la pérdida gradual de las facultades físicas, las canas y las arrugas, las cojeras, las sorderas, la descomposición final y el asco.

No sé porqué pero las últimas veces que hemos leído una novela “social” de un autor nacional no podemos evitar leerla en clave de lloro generacional bien alimentado y formado. En cambio, cuando lees algo escrito en nuestro idioma en otro continente, hay una verdad en los personajes que prima sobre la idea social que vuelve la narración verdadera y permite la empatía sincera y no solo ideológica del lector . Esta generalización es tan idiota como cualquier otra, lo sentimos, pero me sirve para presentar lo mejor de “Los caídos”.

Una novela ambientada en una Cuba no habanera, con personajes nada estereotipados en los que su personalidad es absolutamente singular y las relaciones entre ellos, forman una familia creíble y única, como cualquier familia, lo que hace que todo respire verdad y tenga profundidad. Un juego de espejos entre los cuatro protagonistas, el matrimonio y sus dos hijos, que va creando una narración de gran calado y que nos conecta con la dificultad de vivir, con nuestro día a día, con nuestras miserias y heroísmos, unas vidas realmente de carne y hueso. Una gran pequeña novela sobre la familia.

Debuté en esa máquina de moler carne que es pensar como tu padre, asumir las pasiones y las furias de tu padre.

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