Los puentes de Moscú

Los puentes de Moscú
Alfonso Zapico
Astiberri
Durante años fue imposible construir puentes en el País Vasco. Los más difíciles de alzar, los del entendimiento y el diálogo, han tardado décadas en unir las dos orillas de un mismo río. En Los Puentes de Moscú, Alfonso Zapico (Asturias, 1981) ilustra la historia de la amistad entre Eduardo Madina (Bilbao, 1976) y Fermín Muguruza (Irún, 1963), a la vez que cuenta sus experiencias vitales, con la historia reciente del Pais Vasco y el terrorismo de ETA como piedra angular.
Con la excusa de una entrevista en la revista Jot Down en 2016, en la que el político socialista conversaba con el artista irunés, Zapico delinea semejanzas y diferencias de estos dos personajes públicos que viven de manera paralela hasta que se acercan, cuando las condiciones sociales lo permiten.
Entre otras cosas, el dibujante cuenta cómo la asociación neonazi Timbalers del Bruch intentó atentar, sin éxito, mientras el cantante tocaba en un concierto multitudinario en Barcelona en solidaridad de los presos de ETA. Era el año 2001. No ocurrió lo mismo un año después, cuando una mañana de febrero del año 2002, explotó medio kilo Titadine bajo el asiento del Seat Ibiza del joven socialista. Madina perdió una pierna. Tenía 26 años.
Muguruza, comprometido, polifacético e inquieto, canaliza su rabia e incoformismo en grupos musicales como Kortatu o Negu Gorriak. Madina, en cambio, melómano y cinéfilo -compara una película de Jim Jarmusch con otra de Jean-Pierre Melville en una larga escena de corte bucólico en la que suena Doctor Deseo- , apasionado del volley ball, encuentra en la política el instrumento con el que arracimar sus inquietudes. Primero en las JJSS, después en el Congreso de los Diputados.
En la reconstrucción del relato, Zapico mezcla la historia personal y sentimental de sus protagonsitas con la Historia; en ese nudo de tiempo y memoria es en el que resplandece Los puentes de Moscú. Pienso en Mejor la ausencia (Galaxia Gutenberg, 2017) de Edurne Portela o en Patria (Tusquets, 2016) de Fernando Aramburu, novelas que, como esta, abordan el terrorismo con la sensiblidad del humanista.

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