De safari con Noel Ceballos

Ceballos2En La Buena Vida andamos algo constipados, cosa que no impide a Noel Ceballos (Madrid, 1985) pasarse por aquí, sorteando toses y estornudos, para hablar de Internet safari (Blackie Books, 2015), su último libro, un ensayo muy personal que aborda los conflictos que genera el maridaje entre la vida real y la digital. Periodista, crítico, director y guionista de cine, analista del barrizal de la cultura pop, Ceballos lleva años vigilando de cerca todo lo que huela a tecnología, y, sobre todo, de qué manera nos afecta en la vida cotidiana. Hackers, trolls, youtubers, amor, pornografía, redes sociales son algunos de los palos que toca este empedernido lector de David Foster Wallace.

En el prólogo, adviertes que Internet safari puede quedar obsoleto en poco tiempo debido a la velocidad a la que se mueve todo en Internet. ¿Por qué razón decides escribir sobre lo digital en un soporte tan primitivo como el libro, donde los cambios son impracticables? ¿Acaso sigue siendo el libro el rey de la casa?

Me hacía ilusión escribir un libro que fuera una polaroid de su tiempo. Este es un libro del momento actual, que en unos años habremos superado. Pero también creo que va a tener algo de caja del tiempo que entierras y, en cinco años, es como si desenterraras un mensaje del pasado. Yo creo que es un libro para ir un poco más allá. Lo que consigue el formato analógico es darnos pie a descansar un poco, a pisar el freno, a leer con detenimiento y a reflexionar.

En 2014 publicaste una novela titulada La escuela nocturna (Alegoría), ahora que a la narrativa le han salido tantos competidores, ¿crees que la literatura sigue siendo una buena herramienta para contar el siglo XXI?

Yo creo que sigue siendo una de las mejores herramientas para intentar comprender la cacofonía que es la vida moderna y darle un orden. En el fondo, con la narrativa creas unos modelos a escala que intentan explicarnos la realidad, ordenan este caos para convertirlo en algo armónico que tenga algo de sentido.

¿Cómo surge Internet safari?

Me gusta escribir sobre tecnología y cómo ésta modela nuestro día a día. Jan Martí, el editor de Blackie Books, una noche leyó unos artículos que yo había escrito sobre el tema. Entonces se puso en contacto conmigo y me propuso hacer un libro relacionado con todo aquello que se comparte en Internet, como el caso de aquella chica que hizo un chiste racista en Twitter antes de montarse a un avión y, cuando bajó, se había convertido en viral e incluso hasta la habían despedido. Esta mujer compartió algo que no debía y hacerlo tuvo sus consecuencias.

También haces alusión a la idea de que todos mentimos en Internet.

Sí, mientras trabajaba en el libro me daba cuenta de que además de compartir cosas también mentimos. A veces lo que compartimos es una idea falsa de nosotros mismos. Mientras más sensación de felicidad dé aquello que compartimos, más exitoso será. Y a partir de esa tesis empecé a trabajar. En seguida tuve claro que tenía que estar organizado de lo más íntimo a lo más universal.

Nos está costando sincronizar la vida real y la digital.

Poco a poco está desapareciendo la idea de que Internet es otra vida. Forma parte de la realidad, sólo que es otra ventana. Yo creo que vamos a tender a una nueva honestidad en las redes sociales. A medida que los nativos digitales nos vayan sustituyendo, la brecha que existe entre lo digital y lo real se irá eliminando. Cada vez somos más conscientes de que los dos planos son reales. Hubo un caso de una estrella de Instagram que tenía muchos seguidores. Un día, sin avisar, puso una foto sin maquillaje y dijo que estaba harta de fingir y que las fotos que había subido hasta entonces eran falsas. Si ves las fotos anteriores, son casi un producto de ficción. El libro está escrito justo en el momento en el que la gente ha empezado a darse cuenta de que hay que ser más sincero. La intimidad está cambiando, también la idea de identidad.

Es el caso de algunos youtubers.

Sí, los youtubers que más éxito tienen son los que se muestran tal y como son. Hay una que se graba nada más levantarse, antes de pasar por la ducha, en pijama. Con eso consigue dar una gran sensación de confianza. Algunos se han hecho famosos por no mostrar ningún tipo de filtro. Esto, a su vez, convive con gente que se ha hecho famosa por todo lo contrario. Lo que han hecho muchos youtubers ha sido embotellar esa sensación de inmadurez. No sabemos qué va a pasar con esta generación cuando crezca y empiece a interesarse por otro tipo de cosas. Los youtubers están siendo contratados por las cadenas de televisión para generar contenido. Las televisiones están obsesionadas con poder conectar con esta generación de millennials que prefieren ver productos que se saltan a la torera todas las leyes básicas de la narrativa audiovisual. Los canales mainstream tienen miedo de quedarse atrás. Es una situación inédita.

No hay que irse tan lejos, un claro ejemplo es que mientras el presidente español en funciones, Mariano Rajoy, no llega a los 1,2 millones de seguidores en twitter, @Rubiu5, uno de los youtubers más dicharacheros que tenemos en España, supera los 5,5 millones de followers. La red ha traído nuevos modelos de celebridades. Cantantes como Kanye West y su esposa Kim Kardashian son paradigmas de artistas que han tomado las riendas de su vida digital haciendo de su Twitter un canal para seguir desmostrando que ellos forman parte de otra raza, lo que Ceballos define como el Nuevo Inquietante. En cambio, otros personajes, digamos que de la vida predigital, como Chuk Norris, Raphael o Montserrat Caballé, han sido víctimas, con mejor o peor suerte, de burlas y memes. «Los internautas les dieron un nuevo significado, casi como si fueran un muñeco en sus manos», explica Ceballos.

En este safari internáutico el lector se va a encontrar con una gran variedad de especies, entre ellas a los trolls.

La idea del troll es una consecuencia de este aprendizaje lento que estamos haciendo con Internet. Hay mucha gente agresiva en las redes. La gente justifica ese comportamiento, que no se atrevería a llevar en su vida real, argumentando que eso no es real y que tiene menos peso eso que están haciendo en las redes que si lo hicieran en la calle.

También le dedicas su espacio a los hackers. Te preguntas si son villanos o héroes con muy mala prensa.

Hay muchos tipos de hacker. Lo que me interesa de ellos es cómo desde los medios de comunicación se les ha convertido en villanos, porque es algo así como temer lo que no entendemos. Desde que empezaron a surgir en los ochenta, los vieron como a una especie de brujos, porque son gente que tiene unos conocimientos para transformar la realidad digital, y sólo por eso ya había que temerles. Esos conocimientos se pueden utilizar para cometer delitos, pero también para hacer el bien. Hay empresas que los contratan para intentar evitar delitos informáticos. Los hackers tienen acceso al código fuente, que es algo que el resto de los humanos no tenemos.

De quien no sabes si fiarte es de Julian Assange. Aún así dices que es el último hombre libre del mundo.

Sí, pero al mismo tiempo tiene trazas de villano de Bond y de una megalomanía que hace que no te fíes mucho de él. Es una persona muy importante para entender nuestro tiempo y una figura muy polémica que tiene muchas caras, quizá es eso lo que lo hace tan interesante. En Estados Unidos tienen problemas con Edward Snowden. Parte de la población lo considera un patriota y otra todo lo contrario. Pero creo que es una persona sin doble fondo. En cambio, con Assange es diferente, da la sensación de que nunca vas a lograr comprenderlo.

Ceballos1Se quejan de los hackers, pero hay muchas empresas que obtienen información de los usuarios sin que estos se enteren.

Hay dos maneras de que Facebook saque información sobre ti. La primera es preguntarte directamente. Y la otra es poniéndote un caramelo. Ahí es donde entran en juego los test, los me gusta y los favoritos. Lo que hacemos es proporcionar información que después venden a empresas para que te llegue una publicidad personalizada. Ese es el negocio, eso es de lo que viven.

Hablas de las dos tendencias que hay en Facebook.

Facebook sirve para hacer un exploración absoluta y exhaustiva del ego, pero también puede utilizarse para llamar al pueblo a las armas. En las primaveras árabes sirvió como herramienta para movilizar a la sociedad. Lo que más gracia me hace es que no se tiene ni idea de para qué sirve Twitter. Además, todavía no han sabido monetizarlo y sacarle partido. No saben cómo convertirlo en un negocio.

¿Está Internet cambiando el concepto que tenemos del amor?

Lo que hace Internet es exacerbar sentimientos que están ahí. Y qué sentimiento más humano que el del amor. Internet proporciona otros canales. Hay aplicaciones que conectan a personas, aunque eso siempre ha estado ahí, con el club de los corazones solitarios y cosas así. Después del saqueo masivo de datos de clientes en la web de contactos Ashley Madison, nos enteramos de que la propia empresa había implantado simuladores para hablar con hombres porque el porcentaje de clientes masculinos era superior al femenino. Bueno, pues al final, esas máquinas que habían sido diseñadas para hablar y ligar con los clientes acabaron ligando entre ellas. Suena a ciencia ficción, pero es real.

Ceballos se explica con locuacidad mientras aprovecha las pausas que hace, cuando le pregunto, para dar un trago al tercio de cerveza Martínez. De repente me da un golpe de tos tan fuerte que me tengo que levantar a por algo que alivie el picor de garganta. Noel se queda en el sillón, frente a la cámara. El entrevistado pasa a ser el observador de una escena absurda pero típicamente humana. Regreso con los ojos llorosos y enrojecidos.

-Perdona.

-No te preocupes, es una época muy mala para los resfriados, yo todos los años me quedo una vez afónico.

Además de amor, también abordas el tema de la pornografía. (Más toses)

Antes de la irrupción de Internet, el porno se consumía en recintos cerrados, era una acitividad muy íntima. Después saltó a la web y eso acabó con las revistas porno. Playboy ya no hace desnudos, no tiene sentido. Internet ha hecho que la pornografía forme parte de nuestras vidas de manera más natural. Antes tenías tu lugar de trabajo, tu lugar de ocio y tu lugar para el porno. Ahora todo está en el portátil.

Destacas la importancia de los mapas en Internet. «Todo mapa es la forma que tiene alguien de hacer que mires el mundo a su manera», repites.

Los mapas se han usado siempre para la guerra. Creo que ahora se está demostrando que es más cierto que nunca. La razón por la que los gigantes del mundo digital han entrado en una batalla por el dominio de los mapas es esa. Si miras a través de uno de esos mapas como ir de A a B, a lo mejor te indica la distancia más corta, pero seguro que en algún punto del recorrido te encuentres con un Starbucks, oe ejemplo. Lo que está haciendo Google es crear una versión del mundo a escala que pase siempre por su filtro. Siempre se ha dicho que su intención secreta era poder hacer un mapeado del mundo entero para poder sacar sus coches autónomos. Google es una megacorporación que está muy interesada en el futuro y no le importa destinar partidas de dinero totalmente escandalosas para proyectos que quizá salgan o quizá no.

Todo eso lo desarrollan en Google X, como las Google Glasses, que al final han sido un fracaso.

Sí, es que es ensayo-error. Ahí es donde dicen que están desarrollando este coche que, dicen, va a transformar el futuro. Lo que más me gusta de Google X es que no sepamos qué es lo que se traen entre manos, que todo sean rumores. Creo que en un universo como el que vivimos ahora, en el que el pensamiento mágico se ha acabado, este lugar de investigación llamado Google X es lo más parecido al castillo encantado. Es un laboratorio donde pasan cosas que no nos podemos explicar. Pero es la tecnología que tendremos en el futuro.

@cercodavid

 

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