«Los narcos estuvieron muy cerca de controlar las instituciones»

FullSizeRender(73)Nacho Carretero (A Coruña, 1981) llegó de Ruanda con la barbarie que no cesa pegada a la retina. Quería escribir sobre el genocidio africano y convertir en tinta negra aquello que había sido color sangre. Por circunstancias el proyecto quedó aparcado. De nuevo más viajes, más reportajes, más palabras, más silencios enredados a la vida que se desgaja en la mirada. Un día, de charla con los editores de Libros de KO, este joven de culo inquieto comentó que hacía años que el tema del narcotráfico en Galicia le quitaba el sueño. Documental, serie de reportajes largos, libro. No sabía bien qué. Aunque sí era consciente de que el material se prestaba a competir con cualquier historía que viniera de las mafias italianas o los cárteles latinoamericanos. Desgraciadamente no teníamos nada que envidiarles. Fariña surge de esa obsesión palpitante donde se recoge la historia del narcotráfico en Galicia desde sus orígenes. Carretero cuenta este pedazo de historia de España con agilidad y nervio, exprimiendo todos los recursos que la literatura pone al servicio del periodismo narrativo. Para hablarnos de ello se pasó por La Buena Vida, con algo de fiebre, pero sin perder la locuacidad ni la sonrisa.

Objetivo

«El objetivo era que el lector dijera, coño, ¿y esto ha pasado aquí al lado? ¿Que un tipo apareció muerto en un coche antes de un juicio? ¿Que unos veraneantes se encontraron en la costa fardos de cocaína flotando? La idea era poner negro sobre blanco una historia que estaba dispersa, ya que hasta ahora no había nadie que la hubiera contado de manera fluida».

Ausencia del Estado

«El narcotráfico arraiga en Galicia porque el Estado tiene abandonada la zona y no hace lo que tiene que hacer. Por lo tanto partimos de que es muy injusto pedirle a la gente que haga lo que le corresponde hacer a las autoridades. Si ellos no hiceron sus deberes, tampoco podemos reprocharle a la sociedad que mirara para otro lado. El vecino gallego te contestaría que qué querías que hiciera él».

Antecedentes

«El narco viene de la tradición del contrabandista, que  era un señor no sólo tolerado, sino admirado, porque generaba riqueza y daba empleo en la zona. Era considerado un benefactor de la comunidad. Empezó con el contrabando fronterizo y después con el tabaco, que es el que enraiza y se enquista. Su figura se asienta y se acepta en la sociedad gallega. Por eso, cuando empiezan a introducir cocaína o hachís, la gente tiene que elegir. Al principio no se sabe bien lo que están haciendo, pero sí que dan empleo a los chavales y que estos siguen llevando dinero a casa. En cambio, el Estado sigue sin invertir en industria, sigue sin ayudar. Es la época en la que empiezan a aparecer los primeros chavales muertos, la llamada generación perdida en Galicia. Ahí es cuando la sociedad reacciona. Empieza a hacer ruido y eso es lo que hace reaccionar al Estado».

Narcopolítica

«Los narcos estuvieron muy cerca de controlar las instituciones. Hubo alcaldes narcotraficantes, como Alfredo Bea Gondar, Alcalde de Ogrove. Salió elegido con la condena ya oficial. Otro fue Pablo Vioque, miembro de Alianza Popular y Presidente de la Cámara de Comercio de Vilagarcía, abogado, empresario y un narcotraficante muy peligroso, tanto que planeó matar al fiscal antidroga, Javier Zaragoza. Miñaco era el presidente del equipo de fútbol de Cambados, casi lo asciende a segunda. Los jugadores cobraban más que los del Depor y el Celta. Cinco años más, y hubiéramos sido como Sicilia».

FullSizeRender(74)Las madres

«Fueron la cara visible de un movimiento social que abarca a madres, pero también a padres. En Vilagarcia, quien toma las riendas contra el narcotráfico son los vecinos de allí. En Vigo, en paralelo, las madres también se alzan. El valor es inaudito. Se enfrentan, primero, a una sociedad que no les respalda. Después a narcotraficantes con mucho poder. Y tercero, a los políticos que no ponen mucho de su parte. Estas madres empiezan a hacer ruido, a ir a los juicios, a hacer lo que ahora se conoce como escraches en las puertas de los pazos de los narcos hace 30 años. Eso es lo que hace reaccionar a los medios de comunicación y al Estado. El simbolismo de las madres fue muy fuerte».

Garzón/Operacón Nécora

«La Operación Nécora es el primer movimiento del Estado contra el narcotráfico, en 1990. No tiene los resultados esperados, pero significa un antes y un después. Ahí se les acaba la impunidad a los narcos. Estos señores que se paseaban a sus anchas por Galicia en coches descapotables, que tenían pazos e iban al casino y hacian mariscadas regadas de albariño y controlaban a la guardia cilvil… tienen que empezar a tener cuidado. Comienzan a aparecer en los medios de comunicación. Eso hace que el paisaje se higienice un poco. Los narcos empiezan a perder la desvergüenza de fardar de millonarios. La sociedad va comprendiendo que estos señores no pueden campar a su anchas».

Felipe González

«Cuando la DEA y el gobierno colombiano apresan al cártel de Medellín a mediados de los 80, los principales capos se vienen a España. Pero los detienen en Madrid, aunque no son extraditados a EE.UU. A los dos años y medio se decide mandarlos a Colombia. A los tres meses fueron liberados. El hijo de uno de los capos, Orejuela, cuenta que Pablo Escobar mandó dinero a Madrid. A Felipe González le dieron diez millones. También a la Audiencia Nacional. Esto lo cuento en el libro, pero no soy yo el que lo revelo. Hay otros casos, Mata Ballestero, otro capo colombiano se fue a vivir a la Coruña y regó la ciudad de narcodinero. Aparcamientos, hospitales, concesionarios… Hay un montón de cosas en Coruña que están hechas con dinero del cártel de Cali. Pero insisto, esto no lo digo yo, salió en el diario El País en 1987».

Núñez Feijoó

«Hoy en día la línea entre el narco y la política gallega está trazada. Apoyar al narcotráfico no da votos. Sin embargo, Fraga era amigo íntimo de Terito, el capo del tabaco en Galicia. Por todo esto el fantasma de narcopolítica sigue ahí y resucitó con virulencia cuando salieron las fotos del Presidente de la Xunta, Núñez Feijoó, junto a Marcial Dorado, uno de los grandes capos. Creo que eso es significativo. El presidente sigue en su puesto. Además es un político muy valorado en Galicia y dentro del PP. A día de hoy Marcial Dorado está condenado por narcotráfico».

El narco sigue

«Los años más duros fueron los principios del siglo XXI. En 2006, 2007 y 2008 entran en acción los lancheros, los clanes se especializan en el narcotransporte, con planeadoras superpotentes e inalcanzables. Son clanes de gente más joven, por lo que la violencia ha aumentado por ajustes de cuentas. Los años duros siguen. Las Rías siguen siendo una puerta de entrada de droga, aunque se acabó la ostentación. Uno de los objetivos del libro era transmitir la idea de que el narcotráfico sigue vivo».

Perfiles

«Hay dos perfiles de narco. El del empresario que tiene mucho dinero, con empresas legales, pero que paralelamente hace alguna descarga. Suelen ser gente con un poco de formación e intentan mantener a sus hijos al margen. Aunque hay excepciones. Y luego está el perfil del paisano de Galicia de toda la vida que fue, primero contrabandista, chatarrero, pescador y vio que el narcotráfico le daba mucho más dinero y prefirió tirar por ese camino. Suele ser gente sin una formación, sin una educación que le permite entender que va a acabar mal. Y estos suelen ser los que siguen generación tras generación como los nietos de los Charlines o el hijastro de Ubiña. Son una especie de clan a la siciliana que están muy presentes en la sociedad. Desde finales de los 80 todos los clanes están unidos por lazos de sangre o por ser socios. O por ser vecinos».

@cercodavid

Deja un comentario