Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal
Stefano Mancuso y Alessandra Viola – Galaxia Gutenberg

Cuando se mira a las estrellas y se señalan las constelaciones crece justo debajo del estómago un ligero vacío. El horizonte es un infinito de  desconocimiento, por mucho que las películas de Hollywood nos quieran convencer de que se parece más al desierto del western que a la nada. Un lugar desconocido que nos hace soñar con otros mundos y otras inteligencias fantásticas y lejanas.

Pero, ¿y si la inteligencia no tiene un cerebro, si esos extraterrestres se parecen más a Internet que a nuestras jerárquicas neuronas? Mancuso nos abre los ojos para mirar al más acá, observar el suelo y mirar a las plantas con otros ojos, como si acabásemos de aterrizar en la Tierra. Porque el mundo vegetal monopoliza el 99,3 % de toda la masa viva de nuestro planeta y es, objetivamente, el rey indiscutible de este trozo de roca. El libro de Mancuso y Viola consigue, con un tono divulgativo pero sin olvidar hablar de Darwin o Linneo, que en La Buena Vida observemos de otra manera a nuestras plantas, capaces de colorear un poco nuestos días sin que el gris del asfalto acabe con sus ganas de vivir.

Como marcianos con ganas de explorar, Mancuso nos pone una bata de investigadores y nos gradúa la visión para escuchar los sonidos de las raíces y descifrar sus mensajes, acumular pipetas para analizar sus comportamientos quimicos y llenarnos las tazas de café para observar sus sueños. Consigue así abrirnos los ojos ante un mundo vegetal donde la inteligencia es un valor intrínseco a la vida, presente en cada una de las células y mecanismos vitales. Un libro perfecto para salir de la rutina y ver el mundo de otra manera, con la magia y las posibilidades que aún podemos descubrir en este planeta.

Pilar Torres