El silencio de las bestias

El silencio de las bestias
Unai Velasco – La Bella Varsovia

A veces, cuando te ahogas entre palabras, lo mejor es no dejar que llegue el silencio. No dejar ni un espacio para la respiración, seguir hablando en un torbellino que acabará engulléndote.

Cuando eres joven apetece gritar, abrir la mandíbula y aprender de los animales, de su ceremonia silenciosa.

Unai Velasco da un giro radical tras En este lugar (Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández 2013) con un poemario donde la palabra se convierte en liturgia, una oración que defiende la comunicación mientras baila con los pies descalzos al son de gritos hechos de cal viva. Un libro ceremonial que celebra la juventud hecha de amistad, de cosas grandes y de inseguridades que pican como avispas.

Las tres «liturgias» del libro son un camino por lo que nos construye como caleidoscopios, las teselas que se van encontrando en la búsqueda del sentido, en la construcción de la identidad. Desde el «Introito», el vendaval toma las palabras, emprende el camino de la voz compartida al silencioso yo.

Un viaje rodeado de exuberancia, que huele a incienso y a cuero. Áspero como la piel de los bueyes, ataráxico como celebrarse entre amigos, esencial como un salmo.

Tengo miedo del miedo de las avispas del miedo de los ciervos
no dejes
no que somos buenos que somos nuestro cuerpo
y en pira de bondad detente
y escucha sobre todo escucha y que así sea que
así sea.

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