De repente llaman a la puerta

De repente llaman a la puerta
Etgar Keret – Siruela

Keret consigue romper las reglas físicas de la materia. Hace elásticas las superficies blandas y porosas, a simple vista incapaces de recibir un impacto y devolverlo, de rebotar desde su propia área.

Si Uri Geller -debe ser que lo da la tierra- con solo concentrarse doblaba cucharillas, el escritor israelí es capaz de reconducir el movimiento en situaciones que parecen cotidianas y absurdas, pero que al recibir su pase se convierten en acciones inesperadas, resueltas con ternura y altísimas cotas de hilarante sinceridad.

Keret escribe como quien va recogiendo piedras de la orilla de la playa, solo que estas saltan de sus manos para nadar un rato en el mar antes de volver a sus dedos.

Los relatos que constituyen este libro son un manual de ingenio reboteador.

Por obras como esta, la literatura tendría que ser considerada deporte olímpico.

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