Viaje con Clara por Alemania

Viaje con Clara por Alemania
Fernando Aramburu – Tusquets

Estas 450 páginas de diálogo interior verborreico hacen reír muchas veces, inducen a la reflexión personal casi siempre y, en alguna ocasión, parecen excesivas. Pero en general, la nueva novela de Aramburu es una excusa para el estudio del interior de la vida cotidiana en pareja y un maravilloso retrato del diálogo con nuestro mejor amigo, ése que nos acompaña casi siempre y que sirve para reírnos de nosotros mismos, echar fuera (o mantener dentro) nuestras miserias y nos ayuda a comprender la vida que llevamos. Cualquiera que haya convivido largo tiempo con otra persona, sentirá el efecto espejo en esta novela que, además, nos presenta una cara diferente de Alemania vista con los ojos de un nunca integrado inmigrante. Curiosa y divertida y exigente.

3 comentarios en “Viaje con Clara por Alemania

  1. Hola,
    acabo de descubrir vuestro espacio por casualidad y me gusta mucho. Digo “espacio” para referirme al blog, a la librería y al concepto “feedbackeado” que os habéis montado con todo ello… una gran idea. Ojalá se contagie, se disperse y surjan más como vosotros en más sitios.
    Os dejo mi comentario a esta lectura de Aramburu.
    Saludos.
    ————————————————-
    “No disparen al escritor

    Diríase que de un modo simbólico, aquellos que participen de la lectura de la última novela de Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959) habrán de pagar peaje, pasando (o no) por el aro de la credibilidad y tragándose (o no) una retahíla de topicazos más bien sexistas a cambio. De no hacerlo, se verán truncados los efectos del conocido “placer de la lectura” para quien así lo prefiera.

    ¿O no?

    Ante la primera de las posibilidades, aflójense el cinturón de la transigencia y lean sin prejuicio, que estas líneas no son más que el resultado “rebotado” de una incorrecta interpretación del texto.

    ¿O no?

    Se deduce, quizás, de las palabras de Aramburu, que el narrador escogido para la ocasión sabe (entre otras muchas cosas de las cuales se jacta sin pudor a lo largo y ancho de su relato) manejar a las mujeres porque conoce a la neurótica de su esposa.

    Neurótica escritora, por cierto.

    ¿Acaso el autor se rie de sí mismo y del cliché que identifica a los de su profesión? Brindemos en tal caso por las generalizaciones, machistas y de cualquier otro tipo. ¡Bienvenido sea el sarcasmo!

    Es Viaje con Clara por Alemania una desternillante pintura de circunstancias, que sólo le suceden a uno cuando viaja y cuando convive con su pareja. Quien esto suscribe, reconoce haber firmado la reconciliación con la novela y con su autor por medio de lágrimas de risa (y quien a ella la conozca, sabrá por qué).

    La voz que narra juega a ser escritor, tan escritor como la escritora que es su esposa: observa lo que sucede y lo cuenta con naturalidad afectada, engolada, cargante y pedante, chocando con el absurdo y la autocrítica en un estilo digno de rendida admiración y aplauso.

    Varios son los momentos en que la mala leche conyugal, irrumpe en medio de la descripción de un parque o una avenida de cualquier ciudad del norte de Alemania y lo hace con un estilo tan mordaz, incisivo, elocuente, ocurrente, ácido y certero, que uno no puede retener la carcajada. Asimismo, puesto que abundan los dulces en Alemania, el protagonista se encarga de saborearlos todos y de contarlo con un esmero profesional que hasta saben las páginas de este libro a chocolate y pasteles de nata y nueces.

    No tienen desperdicio las escenas de surrealismo beodo, consecuencia del uso y abuso que el narrador hace de los placeres de la bebida alcohólica nacional que viene siendo la cerveza, antes de acometer los encargos literarios de su esposa.

    Reírse de uno mismo es sano y respetable.

    Disfruten de esta lectura, que es un placer”.

    • Gracias por las fotos y tus palabras sobre La Buena Vida. Los pasamos bien, aunque nos diste un susto de muerte porque de repenterte vismo hablando con alguien y llorando … luego te volvimos a ver reír, y de nuevo otro puchero ah… y entendimos que eras así, de sube-baja y ya está. ¡Qué susto! Enhorabuena por la reedición rapidísima

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